La situación de las mujeres con discapacidad en el mercado laboral es extremadamente complicada. Las dificultades para conciliar las tareas profesionales con las domésticas, los estereotipos sobre la discapacidad, las barreras inherentes al entorno y los estereotipos aún vigentes relacionados con el empleo de las personas con discapacidad son los problemas con los que lucha a diario este colectivo (Woźniak, 2008, p. 96). La combinación de discapacidad y feminidad suele contribuir a la exclusión profesional y social. Por lo tanto, las mujeres con discapacidad necesitan un apoyo especial en el entorno laboral por parte de personas que les proporcionen no sólo conocimientos y habilidades, sino también un modelo de actitud que facilite la eliminación de barreras y permita un desarrollo profesional estable. El efecto de esta acción debería ser la inclusión social (inclusión) de las mujeres con discapacidad en el entorno laboral a través del aprendizaje en el lugar de trabajo y la tutoría.
Autor: Doctora Renata Pomarańska, Universidad KUL
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